Traducido por Jovan Perea
Recurrentemente encontramos la opinión de que las espadas en la Alta Edad Media son raras, descubrimientos excepcionales, por eso decidimos crear un documento que intentara estimar cuantas espadas europeas en el periodo del siglo IX al XI conocemos. Esta es una pregunta relativamente frecuente tanto en la academia como en la recreación, para la cual no hay una clara respuesta; para los académicos los números son interesantes (no solo) cuando crean mapas de distribución, mientras que los recreadores están interesados en cuantas espadas había distribuidas entre la población y hasta qué punto pueden ser utilizadas en la reconstrucción moderna.
Actualmente no hay ninguna lista o catálogo, y nos veremos forzados a trabajar con colecciones bien investigas y estimados más o menos precisos. La siguiente lista contiene espadas que entran dentro de las tipologías de Petersen, Geibig, Kirpičnikov o Kazakevičius y pueden ser fechadas al periodo 800-1100. En algunos casos es posible el empalme en ambos lados de la línea temporal, el cual trataremos de eliminar tanto como sea posible.
Imagen ilustrativa. Fuente: Aksdal 2017: Fig. 4.
Calculo
Noruega
El número de espadas noruegas del periodo es una de las grandes preguntas a ser respondidas cuando se estudia la panoplia Alto Medieval. El número exacto es desconocido, lo cual es entendible dada la extraordinaria cantidad. Para 1917, cuando Petersen estaba creando las estadísticas para su innovador trabajo, al menos 1773 espadas de uno o doble filo eran conocidas, con 245 espadas de un filo con componentes perdidos de la empuñadura (Petersen 1919: 6, 56). Un cambio significativo en las investigaciones fue traído por Per Hernæs, quien en su trabajo, que es enfocado solo al sureste de Noruega, manifiesta que para 1979 habría un incremento de 690 nuevas espadas en esta región (Hernæs 1985: 36). El trabajo de Geibig no hace repaso en este aspecto (Geibig 1991), pero el estudio de Jakobsson ajusta los números de algunos tipos específicos y señala en 1773 el número de espadas con empuñadura (Jakobsson 1992).
La ausencia de números actuales da margen para estimaciones y especulación. El investigador Gavin Archer estima el número de espadas noruegas en más de 2500 (Archer 2019), El conservador Vegard Vike y el investigador Steven Blowney empatan el cálculo en 3000 (Blowney 2016; Vike 2017). Aanestad estima alrededor de 3500 espadas, de las cuales al menos 1598 espadas están almacenadas en el KHM de Oslo y los museos de Bergen y Trondheim reuniendo un número similar (Aannestad 2018: 147, 151).
Para este punto nos gustaría presentar nuestras observaciones. Mientras algunos tipos, como el tipo E (Jakobsson 1992: 209), G (Vlasatý 2020b), S (Investigación propia sin publicar) o W (Vlasatý 2020a), han crecido en número desde Petersen solo algunas piezas, los tipos H y M que ya eran numerosos en tiempos de Petersen, ahora son alrededor de 100% más numerosos y tiene el mayor peso en la influencia en la estadística (Vlasatý 2019). Un incremento importante de piezas fue también registrado en el tipo C, el cual es referido como un décimo de todas las espadas noruegas (Hjardar – Vike 2011: 169), así como el tipo Q que carece de una revisión apropiada. Es muy probable que los tipos C, H, Q, y M representan en Noruega alrededor de 1200 piezas, mientras que el incremento de otros tipos no excede el 25% comparado a las cifras de Petersen. La única excepción de la que tenemos registro publicado es la tipo L, la cual incremento de 14 a 45 desde Petersen (Aksdal 2017: 84-5). Si utilizamos la conclusión de Hernæs que para 1979 el número de espadas había incrementado en un 71-81% comparado con 1917, en toda Noruega, el número de espadas debe estar entre 3030 y 3212. Tomando en cuenta las espadas encontradas en los últimos 40 años, tendemos a inclinarnos a la conclusión que el número de 3500 expresado por el arqueólogo Aanestad no está lejos de la verdad. De cualquier modo, este número incluye espadas de un filo sin componentes, los cuales pueden representar alrededor de un séptimo (500 piezas) los cuales pueden ser parcialmente fechados en el siglo VIII.
Suecia
La colección sueca está perfectamente revisada por Fedir Androščuk, quien menciona 648 espadas en el periodo de 750 a 1100 en el territorio de la actual Suecia, mientras que 31 hojas son de un filo (Androshchuk 2014).
Finlandia
De Finlandia conocemos más de 400 espadas y sus fragmentos, los cuales pueden ser datados del periodo vikingo, de las cuales algunas pueden encimarse con el tiempo del periodo de las migraciones o las cruzadas (Moilanen 2018: 71). En una conversación privada, Moilanen nos mencionó que los números siguen incrementando, principalmente por los hallazgos de nuevos detectores, y que la lista de espadas del siglo IX al XI seguramente excede las 400 piezas.
Alemania
En 1991, Alfred Geibig recolecto 347 espadas de Alemania del Este fechadas entre el siglo VIII al XII (Geibig 1991). Carecemos de una lista de este tipo en la antigua Alemania del Este. Jiří Košta reúne información de 486 del área de la actual Alemania en su base de datos interna. Tomando en cuenta la cronología de Geibig, no sería muy errado asumir que aproximadamente 350 espadas de entre el año 775 al 1100 pueden venir de Alemania.
Rusia, Bielorrusia, Ucrania
La suma más completa para estos países por mucho es el trabajo de Kirpičnikov, el cual reúne 109 espadas (Kirpičnikov 1966a). En sitios bien investigados como Gnězdovo, hay un significativo aumento en el número de espadas –por ejemplo, ahora registramos al menos 27 piezas (Kainov 2012), comparado a las 12 espadas registradas por Kirpičnikov en Gnězdovo. Oficialmente conocemos 9 espadas en Bielorrusia (Plavinski 2009: 82-3). En una charla personal, Sergei Kainov estima que el número de espadas del siglo IX a la primera mitad del XI desde la antigua Rusia (Rusia, Bielorrusia y Ucrania) exceden las 300. El número de espadas de Kaliningrad Oblast al noreste de Polonia, que pueden ser datadas entre el silog IX al XIII, está fijando en 100 (Kazakevičius 1996: 126), pero no es posible determinar el numero exacto de espadas en Kaliningrad del periodo buscado.
Gran Bretaña
La suma de las espadas de Gran Bretaña es ofrecida por Gavin Archer, quien registra 101 espadas en Inglaterra, 3 en Gales, 14 de las Isla de Man y 36 de Escocia (Archer 2019; Żabiński 2007). En otros sitios, señalamos 114 componentes de molde del periodo, con aproximadamente 15 piezas que se solapan con la lista de Archer (Vlasatý 2018). Seguramente sería correcto que determináramos que el número de espadas conocidas y sus componentes superan los 250.
Polonia
La lista publicada por Lech Marek enlista alrededor de 80 espadas, las cuales pueden ser clasificadas dentro del periodo siglo IX al XI (Marek 2004: 106-115), pero revisiones no publicadas de investigadores polacos hablan de hasta 140 piezas para este periodo.
Estonia
Mati Mandel recolecto alrededor de 40 espadas fechadas al periodo siglo IX-XI (Mandel 1991), pero Mauri Kiudsoo a la luz de nuevos descubrimientos habla sobre más de 100 espadas presentes en el territorio de la actual Estonia.
Irlanda
De acuerdo con Walsh, hay 90 espadas en Irlanda datadas en la Edad Vikinga (Walsh 1998), Si bien la clasificación de los objetos es problemática, el numero de piezas parece preciso (Harrison – Ó Floinn 2014: 67).
Republica Checa
Un juego de espadas checas y moravas fechadas de los siglos IX al XI es revisado e incluye 87 piezas (Hošek – Košta – Žákovský 2019: 26, 30, 33).
Letonia
Fuera de un número significativo de espadas del siglo IX al XIII, Tomsons elige 80 que pueden ser fechadas a un periodo anterior a las cruzadas (Tomsons 2018: 274).
Lituania
Kazakevičius organizo 170 espadas lituanas del periodo del siglo IX al XIII (Kazakevičius 1996: 126). Una división cronológica más precisa de las piezas no es muy posible, pero se puede asumir que con la eliminación del gran grupo de espadas curonias que Tomsons sitúa en el periodo de las cruzadas, el número de espadas disminuiría y seria definitivamente menor al número de espadas latvias. De acuerdo a la base de datos de Jiří Košta, el numero de espadas esta en unas 75.
Hungría
La lista, creada por Kornél Bakay, incluye 68 espadas del siglo X y XI (Bakay 1967), pero esta de algún modo obsoleta. Jiří Košta registra hasta 76 espadas de este periodo en Hungría.
Bélgica y Países Bajos
La base de datos de Jiří Košta registra hasta 5 espadas en la hoy actual Bélgica y alrededor de 60 en Países Bajos, Cuales fueron normalmente publicadas en el Ypey y en el equipo de Knol-Bardet (Knol-Bardet 1999; Ypey 1984).
Francia
La base de datos de Jiří Košta registra hasta 61 espadas del territorio de la hoy Francia, las cuales fueron publicadas en varios libros y artículos, generalmente obra de Geibig.
Dinamarca
Androščuk fija el número de espadas en Dinamarca en 54 (en el caso de una espada, comete un error y la enumera dos veces, así que el número correcto es 53; Androshchuk 2014). Anne Pedersen numera 52 espadas que solo provienen de tumbas y que incluyen hojas de un filo originadas del siglo VIII (Pedersen 2014: Find list 1). Por tanto la lista de Androščuk es probablemente más precisa.
El territorio de la antigua Yugoslavia
En la base de datos de Jiří Košta podemos encontrar al menos 44 espadas – 9 en Serbia (Kovács 1994-1995; Vinski 1983), 27 de Croacia (Bilogrivić 2009; Radić 1991), 8 de Bosnia (Zekan 1994; Sijarić 2004).
Islandia
En su trabajo, donde toma encuentra descubrimientos de años recientes, Marjatta Ísberg reunió 27 espadas y sus componentes (Ísberg 2020: 106), asi expandiendo la lista publicada por Eldjárn, que incluía 22 piezas (Eldjárn 2016: 323).
Eslovaquia
Las espadas eslovacas del periodo referido están entre las más escasamente investigadas. Kristián Jócsik, quien planea crear un inventario actualizado, actualmente tiene 27 piezas en la mira, sin contar espadas fuera de la tipología de Petersen.
Rumania
Al menos 14 espadas del territorio de Rumania, caen dentro del periodo referido por nosotros y pueden ser asignadas a los tipos monitoreados (Pinter 1999; base de datos de Jiří Košta).
Austria y Suiza
Las espadas austriacas están entre las más pobremente investigadas. Aunque Erik Szameit publico dos espadas austriacas del siglo IX (Szameit 1986), actualmente Jiří Košta maneja hasta 12 piezas de los siglos IX al XI. En el caso de Suiza tenemos registradas 6 espadas (Geibig 1991).
Bulgaria
En esta monografía, Jotov menciona dos tipos no bizantinos (Jotov 2004: кат. No 422-3), mientras que publico una tercera piza en algún lugar (Jotov – Pavlova 2004: кат. No 62).
España
Carmona Avila (2007) menciona dos espadas que parecen pertenecer a las tipologías elegidas al inicio.
Imagen ilustrativa. Fuente: Bilogrivić 2009: Pl. VI.
Conclusión
En un escenario optimista, podemos trabajar con alrededor de 6000-6500 espadas europeas del siglo IX al XI, cayendo dentro de las tipologías de Petersen, Geibig, Kazakevičius y Kirpičnikov. Es muy probable que las estimaciones para Noruega incluyan un número considerable de espadas del siglo VIII y que por el contrario, para Alemania, se incluyan espadas difíciles de fechar en el rango del siglo XI al XIII. De cualquier modo, creemos que los estimados para Gran Bretaña, Latvia, Lituania y Ucrania están desproporcionados y podrían ser significativamente mayores dado los numerosos descubrimientos por detectores. Para una cantidad de países, números mínimos se han elegido y no reflejan los nuevos hallazgos aun sin publicar.
Inclusive si el número de espadas se encontrara en un rango entre 5500-7000, estamos hablando de un gran número de armas que reflejan un bajo porcentaje de todas las producidas originalmente. Jiří Košta estima que el número de espadas producidas del siglo IX al XI varía en un rango de entre 500 mil a 2 y medio millones, lo que genera preguntas sobre la capacidad de producción, materias primas, estandarización y normas de producción, pero también sobre los dueños de las fábricas y sus clientes. Es de creerse que los dueños de los sitios de producción, fueron los regentes quienes controlaban la producción y distribución entre sus invitados de confianza. Las espadas son por lo tanto productos que portan la información sobre su productor –hay marcas creadas por gobernantes específicos (Košta 2020: 42), y estamos al mero inicio de su identificación.
Una nota para recreadores
Los recreadores pueden usar la información sobre el número de espadas cuando teorizan sobre su vestimenta. A pedido de los lectores, presentaremos el ejemplo práctico de Přemyslid Bohemia del siglo X.
De acuerdo a Žemlička, el centro de Bohemia pudo estar habitado hasta por 22,000 personas al rededor del año 935 (Žemlička 1997: 36), mientras que en el siglo XI la población incremento y toda Bohemia estaba habitada por alrededor de 450000 por el año 1050 (Žemlička 1997: 18). Si el precio estimado del equipo completo es de 1.5 a 2kg de plata –en monedas 1950 a 3250 denarios, mientras que por un denario de plata uno podría vivir una modesta vida durante un mes –mantener un ejército profesional era caro e incluía como máximo a un 1.8% de la población (Lutovský 2006: 99; Žemlička 1997: 37). Mientras que durante el reinado de Wenceslao había un estimado de 370 combatientes subordinados al príncipe (Žemlička 1997: 37), durante la era de Boleslao el ejército profesional se expandió a 2000-3000 (Žemlička 1997: 37) o 3000-6000 hombres (Třeštík 2006: 16).
El número de espadas Checas, las cuales pueden ser fechadas en el periodo del años 800 al 1000, es establecido en 22 (Hošek – Košta – Žákovský 2019: 30). Estas son casi exclusivamente espadas del tipo X y W de Petersen, mientras otro tipo de espadas, características del siglo X, están prácticamente ausentes. En relación con los estimados a la población, podemos sugerir que las espadas que tenemos representan un 1% del material superviviente, apenas 1 de cada 5 guerreros durante el siglo X estaría equipado con una espada. Para las fuerzas de Bohemia, Žemlička estima que el ejército profesional sería un décimo del ejército checo (Žemlička 1997: 37), y de ser este el caso, las espadas se dispondrían en un promedio de 1 en 50. El problema, como sea, es que las espadas no estaban equitativamente distribuidas y se mantenían en grandes números dentro de las familias nobles, en otras palabras, los dueños de espadas poseían más de una pieza, y guerreros con dos espadas entre 100 es algo más probable.
Como sea esta asunción teorética es algo que la arqueología no ha confirmado. De acuerdo a Profantová, el número de hachas en bohemia en el mismo periodo es de 79 (Profantová 2019: 279), y debe notarse que un número de hallazgos de hachas de detectores se han perdido para siempre y no serán publicados. Por encima podemos mencionar 109 espadas Rusas en comparación con 211 hachas (Kirpičnikov 1966a; Kirpičnikov 1966b). en la vecina Polonia, donde las hachas están bien publicadas, encontramos un radio de entre 140 espadas a 891 hachas (Kotowicz 2014; Kotowicz 2018). En el caso de Gnězdovo, tenemos registro de 62 hachas de batalla en comparación con 27 espadas (Kainov 2019). En lo concerniente a lanzas, un número máximo de 17 piezas son conocidas en Republica Checa (Profantová 2019: Tab. 6). Esto puede parecer sorprendente, pero es verdad que las lanzas probablemente no eran enterradas en las tumbas de Bohemia y que no fueron procesadas adecuadamente por la prensa. En algunas regiones de Europa, las lanzas son el arma más numerosa y en áreas bien investigadas las lanzas siempre se encuentran en mayor cantidad que las espadas –por ejemplo, en las tumbas de Birka sabemos de 53 lanzas en comparación a 30 espadas (Thålin-Bergman 1986a; Thålin-Bergman 1986b), en Islandia 81 lanzas contra 27 espadas (Androshchuk – Traustadóttir 2004: 6), en Rusia registramos 290 lanzas y 109 espadas (Kirpičnikov 1966b), mientras que en Gnězdovo solo 34 pizas son conocidas comparado a 27 espadas (Kainov 2019). Como otro ejemplo podemos mencionar las lanzas de la Llanura Panónica, representada por 231 piezas del siglo IX al XI (Husár 2014), mientras que el número de espadas en la misma región es de alrededor de 130.
Por tanto, si miramos la escena arqueológica, dependiendo de la región geográfica y calidad del material procesado en imprenta, el siguiente radio de espadas, hachas y lanzas es aplicado – 1 : 2-6 : 1-3. A la luz de este radio, la espada aparece ser una de cada cuatro a una de cada diez entre las armas del siglo IX al XI. Una conclusión como esta no contradice las fuentes escritas, donde un escudo, lanza y un arma corta –hacha o espada – son consideradas el equipo mínimo para batalla.
Composicion de la panoplia Altomedieval – escudo, lanza de una mano y espada.
Salterio de Stuttgart , WLB Cod.bibl.fol.23, 047v.
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